Jueves 30 Octubre 2025
Jeremías 25 al 26; 2 Timoteo 1
LECTURA DIARIA
"2 Timoteo 1Pablo está escribiendo desde la cárcel, en un momento duro, pero su espíritu está firme.Aquí él afirma identidad, activa propósito y recuerda la fe heredada.
Luego Pablo lo impulsa a avivar el fuego del don que Dios puso en él, porque la gracia no se abandona ni se deja apagar; se alimenta, se prende, se cuida. Y le afirma con firmeza que Dios no nos dio un espíritu de miedo, sino de poder, amor y dominio propio,es decir, autoridad espiritual, ternura y carácter. Y entonces lo invita a no avergonzarse del evangelio ni retroceder ante la prueba, porque la fuerza no viene de uno, sino de Dios mismo. Finalmente, le dice: guarda el depósito, cuida lo que Dios te confió, mantente firme en tu identidad y en tu llamado. En pocas palabras: este capítulo nos enseña que la gracia de Dios enciende, fortalece y afirma, y que el creyente restaurado vive con la frente en alto, sin retroceder y sin soltar lo que Dios le entregó."
2 Timoteo 1:1-3, 5-8, 12-14
Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, según la promesa de la vida que es en Cristo Jesús, a Timoteo, amado hijo: Gracia, misericordia y paz, de Dios Padre y de Jesucristo nuestro Señor. Doy gracias a Dios, al cual sirvo desde mis mayores con limpia conciencia, de que sin cesar me acuerdo de ti en mis oraciones noche y día;
trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también. Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos. Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. Por tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni de mí, preso suyo, sino participa de las aflicciones por el evangelio según el poder de Dios,
Por lo cual asimismo padezco esto; pero no me avergüenzo, porque yo sé a quién he creído, y estoy seguro que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día. Retén la forma de las sanas palabras que de mí oíste, en la fe y amor que es en Cristo Jesús. Guarda el buen depósito por el Espíritu Santo que mora en nosotros.


