
ANIMATE A LEER HOY
JEREMÍAS 48 AL 49;
Hebreos 2


Hebreos 2:14-15
Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre.
"Si le damos oportunidad, Satanás nos capturará y nos arruinará. No obstante, el diablo no tiene derecho legal alguno sobre un creyente. Usted y yo debemos reclamar la protección y la abundancia que nos han sido dadas por Dios. A veces como hijos de Dios, nosotros no reclamamos nuestra liberación de las trampas de Satanás. En esos casos Satanás puede vencernos en nuestra mente y carne, pero no puede tocar el espíritu de Dios en nosotros. Satanás no puede destruir el espíritu que vino cuando nacimos de nuevo, porque la naturaleza de Dios en nosotros es vida eterna. Este espíritu, que es la unción de Dios, no puede ser quitado y no puede morir. Dios simplemente no puede ser derrotado por Satanás en modo alguno. Cristianos, ¡créanle a Dios y sean liberados de toda cautividad ahora! No se limiten a oír hablar del poder de Dios con sus oídos; véanlo con sus ojos al recibir la abundante bondad de Dios." V.P.W
