Sábado 18 Octubre 2025

Isaías 62 al 64; 1 Tesalonicenses 3

LECTURA DIARIA

"En 1 Tesalonicenses 3 vemos cómo la gracia de Dios busca afirmarnos.

Pablo muestra que el corazón de Dios no se interesa en resultados, sino en relaciones reales. Él anhela hijos firmes, no hijos agotados. La gracia nos fortalece en medio de la dificultad, nos sostiene cuando la fe es probada y nos forma en el amor, para que nuestro servicio sea fruto de nuestra comunión con el padre, y no de esfuerzo humano. Al orar para que el Señor afirme a los creyentes en santidad y amor, Pablo revela que la obra de Dios es interna antes que externa; Él no busca acciones vacías, Pablo revela que la obra de Dios es más profunda que la apariencia. Él no busca acción sin intimidad, sino hijos que reflejen Su corazón, transformados por la gracia que los fortalece y afirma en Su amor eterno."

1 Tesalonicenses 3:2-8, 11-13

Y enviamos a Timoteo nuestro hermano, servidor de Dios y colaborador nuestro en el evangelio de Cristo, para confirmaros y exhortaros respecto a vuestra fe, a fin de que nadie se inquiete por estas tribulaciones; porque vosotros mismos sabéis que para esto estamos puestos. Porque también estando con vosotros, os predecíamos que íbamos a pasar tribulaciones, como ha acontecido y sabéis. Por lo cual también yo, no pudiendo soportar más, envié para informarme de vuestra fe, no sea que os hubiese tentado el tentador, y que nuestro trabajo resultase en vano. Pero cuando Timoteo volvió de vosotros a nosotros, y nos dio buenas noticias de vuestra fe y amor, y que siempre nos recordáis con cariño, deseando vernos, como también nosotros a vosotros, por ello, hermanos, en medio de toda nuestra necesidad y aflicción fuimos consolados de vosotros por medio de vuestra fe; porque ahora vivimos, si vosotros estáis firmes en el Señor.

Mas el mismo Dios y Padre nuestro, y nuestro Señor Jesucristo, dirija nuestro camino a vosotros. Y el Señor os haga crecer y abundar en amor unos para con otros y para con todos, como también lo hacemos nosotros para con vosotros, para que sean afirmados vuestros corazones, irreprensibles en santidad delante de Dios nuestro Padre, en la venida de nuestro Señor Jesucristo con todos sus santos.