Viernes 26 Septiembre 2025

Isaías 7 al 8; Gálatas 2

LECTURA DIARIA

"En Cristo no hay cadenas de rituales ni cargas de la ley, porque la verdadera justicia no nace de lo que hacemos, sino de la fe de nuestro Señor Jesucristo, que nos amó y se entregó por nosotros. Pablo nos recuerda que la gracia es tan poderosa que nadie puede añadirle condiciones, y confronta toda hipocresía que quiera esconder la verdad del evangelio. Hoy vivimos con la certeza de que ya no somos nosotros los que llevamos el control, sino que Cristo vive en nosotros, y esa vida se sostiene por la fe, no por apariencias ni esfuerzos humanos. Porque si la salvación dependiera de obras, el sacrificio de nuestro redentor sería inútil; pero como depende de la gracia, ¡vivimos libres, firmes y victoriosos en Él".

Gálatas 2:1, 3-6, 11-14, 20-21

Después, pasados catorce años, subí otra vez a Jerusalén con Bernabé, llevando también conmigo a Tito.

Mas ni aun Tito, que estaba conmigo, con todo y ser griego, fue obligado a circuncidarse; y esto a pesar de los falsos hermanos introducidos a escondidas, que entraban para espiar nuestra libertad que tenemos en Cristo Jesús, para reducirnos a esclavitud, a los cuales ni por un momento accedimos a someternos, para que la verdad del evangelio permaneciese con vosotros. Pero de los que tenían reputación de ser algo (lo que hayan sido en otro tiempo nada me importa; Dios no hace acepción de personas), a mí, pues, los de reputación nada nuevo me comunicaron.

Pero cuando Pedro vino a Antioquía, le resistí cara a cara, porque era de condenar. Pues antes que viniesen algunos de parte de Jacobo, comía con los gentiles; pero después que vinieron, se retraía y se apartaba, porque tenía miedo de los de la circuncisión. Y en su simulación participaban también los otros judíos, de tal manera que aun Bernabé fue también arrastrado por la hipocresía de ellos. Pero cuando vi que no andaban rectamente conforme a la verdad del evangelio, dije a Pedro delante de todos: Si tú, siendo judío, vives como los gentiles y no como judío, ¿por qué obligas a los gentiles a judaizar?

Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí. No desecho la gracia de Dios; pues si por la ley fuese la justicia, entonces por demás murió Cristo.